Revelations

Revelations o Revelaciones, es una miniserie de Mortal Kombat: Apocaliptic Chronicles que cuenta con cinco capítulos. Esta relata la historia del Rey Dragón y de como llegó al poder, relacionándolo con el origen de los Cryomancers: la rama humana casi extinta de Sub-Zero.

Capítulo 1: el origen de los cryomancers

Cuenta la leyenda que un dragón llamado Gaias, vigilaba los cielos, espiando los asuntos de los terrestres, encargándose de que ninguno molestara en su territorio.

Los hijos de Gaias, desde pequeños, debían aprender a cazar y a sobrevivir por su cuenta.

El mejor de ellos era Cryos, pero era diferente a sus hermanos. Poseía alas, pero era incapaz de volar. También había nacido con cualidades diferentes: no dominaba el fuego como los otros, más bien, lo repudiaba. Su piel era de color azul, no verde, y sus poderes venían del frío, al igual que su carácter.

Esto provocó cierta rivalidad con uno de sus hermanos: Onaga.

Onaga era despiadado y violento. Cryos era reservado y solitario. Eso hizo que, poco a poco, se separara de su familia. Terminó de alejarse de ellos con la muerte de su padre.

Comenzó a vagar por la tierra que sus hermanos odiaban. Incluso fue aceptado en un pequeñogrupo de humanos a los que el concedió todos sus poderes.

Ese grupo de guerreros comenzó a hacerse llamar “los Guerreros del Frío”. Temidos por todos. Hasta que un día, Onaga vino a retar a su último hermano a una lucha mortal.

Había que definir al nuevo Dragón Definitivo y el ya había eliminado a los otros.

A Cryos no le interesaba el puesto, pero el odio de saber que Onaga había asesinado a sus hermanos lo hizo pelear. El reto fue parejo, pero Cryos llevaba ventaja por su determinación y experiencia.

Onaga estaba casi derrotado, así que decidió atacar a los guerreros que estaban contemplando la lucha, sin poder hacer nada. Cryos los defendió a cambio de su vida. Onaga se fue triunfante.

Los guerreros enterraron a su líder y comenzaron a hacerse llamar “Cryomancers, con el único propósito de vengarse del Rey Dragón…

Capítulo 2: el ascenso del Rey Dragón

Onaga voló hacia la tierra de los humanos. Hacía tres años que ya había matado a su último hermano y era hora de esclavizar a las razas inferiores.

Se instaló en el punto más alto que encontró y reclamó todo el mundo para el. Todos debían obedecer al Rey Dragón.

Los humanos se burlaron. Sus mejores guerreros intentaron hacer frente a Onaga, pero este los asesinó a todos de maneras horribles e indescriptibles. Luego se paró en las puertas del castillo, que se encontraba en el medio de la ciudad y, con un solo soplido, lo hizo arder en llamas. Ninguno de los habitantes del castillo se salvó, excepto una guerrera que se encontraba en la torre más alta y logró saltar justo a tiempo al lago.

Los sobrevivientes comenzaron a construir un castillo más alto y resistente para su nuevo rey.

La mujer guerrera que había escapado portaba ropas extrañas, y demasiado modernas para la época.

Logró salir del territorio del Rey Dragón y se internó en el Valle Congelado. Ahí fue encontrada y amenazada de muerte por unos Cryomancers. Ella les dijo que estaba de su lado. Ella también estaba en contra del Rey Dragón, pero tenía que explicárselo bien a su líder.

Los Cryomancers la llevan ante el. Era un hombre cubierto de pieles. De los lugares en donde no había abrigo, sobresalían partes de una armadura reluciente. Sus ojos eran de un color azul plateado y su cara estaba cubierta por una máscara metálica.

La guerrera le dice que su nombre es Sonya. De alguna manera, ella había llegado a ese pasado remoto y la habían recibido en el castillo de la ciudad. Pero Onaga había invadido todo y ella era uno de los pocos sobrevivientes.

El cryomancer le responde que su nombre es Stratos.

El no sabe como pudo haber llegado ella a esa época, pero podía ayudar a los cryomancers a derrocar al Rey Dragón. La otra opción era vagar por lo desconocido el resto de su vida. Incluso se ofrecía a entrenarla.

Sonya, atrapada en un pasado que no conocía, no tiene más remedio que aceptar. El destino decidirá lo que sigue…